Otra vez en la fila de en medio, ni muy delante, ni muy detras. Sentada en el asiento de siempre, suplicando por la cantaleta que ya conoces.
El lugar repleto de almas soltando deseos, plegarias, oraciones vacias. Para otros, la forma de decir te amo. Sin embargo, yo cargo con esta soledad que asfixia.
A la espera de que este Domingo me escuches y me hagas feliz, como solo tu puedes hacerlo.
Noviembre 29,, 2011.
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